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Biocontrucción, Permacultura y Diseño Regenerativo
Actualizado: Hace 6 horas 16 mins

El algodón orgánico: una alternativa regenerativa

Jue, 11/01/2024 - 08:00

Con el algodón se fabrican textiles, como ropa, calzado, toallas, sábanas, etc. Sin embargo, el cultivo del algodón convencional tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que requiere el uso de grandes cantidades de pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos.

El orgánico es una alternativa regenerativa al convencional, ya que se cultiva sin el uso de productos químicos sintéticos. Esto lo convierte en una opción más respetuosa con el medio ambiente, ya que reduce la contaminación del agua, del suelo y del aire. Además, el algodón orgánico es más saludable para las personas que lo utilizan, ya que no contiene residuos de productos químicos que pueden causar problemas de salud.

¿Qué es el algodón orgánico?

Es un tipo de algodón que se cultiva sin el uso de productos químicos sintéticos, como pesticidas, fertilizantes, herbicidas, fungicidas y defoliantes. En su lugar, los agricultores utilizan métodos naturales y orgánicos para controlar las plagas y las malas hierbas, como la rotación de cultivos, el control biológico y el uso de abonos orgánicos.

Se cultiva en todo el mundo, pero los principales productores son India, China, Turquía, Pakistán, Estados Unidos y Brasil. La superficie mundial de cultivo de algodón orgánico ha ido creciendo en los últimos años, alcanzando los 2,6 millones de hectáreas en 2023.

¿Cuánto se cultiva en el mundo?

La superficie mundial de cultivo de algodón orgánico ha ido creciendo en los últimos años, alcanzando los 2,6 millones de hectáreas en 2023. Esto representa un aumento del 10% con respecto al año anterior.

India es el principal productor mundial, con una superficie de cultivo de 1,3 millones de hectáreas. Le siguen China, con 0,6 millones de hectáreas; Turquía, con 0,3 millones de hectáreas; Pakistán, con 0,2 millones de hectáreas; Estados Unidos, con 0,1 millones de hectáreas; y Brasil, con 0,1 millones de hectáreas.

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¿Qué productos se elaboran con algodón orgánico?

Se utiliza para la elaboración de una gran variedad de productos textiles, como ropa, calzado, toallas, sábanas, etc. También se utiliza para la elaboración de otros productos, como papel, productos de higiene personal y juguetes.

La ropa es el producto que más se elabora con este material. Es una buena opción para la ropa, ya que es suave, transpirable y duradero. También es una buena opción para las personas con pieles sensibles, ya que no contiene residuos de productos químicos que pueden causar problemas de salud.

Otros productos que se elaboran son:

  • Calzado: Es una buena opción para el calzado, ya que es transpirable y cómodo.
  • Toallas: Las toallas son suaves y absorbentes.
  • Sábanas: Las sábanas de algodón orgánico son suaves y transpirables.
  • Papel: El papel de algodón orgánico es biodegradable y respetuoso con el medio ambiente.
  • Productos de higiene personal: Los productos de higiene personal de algodón orgánico son suaves y delicados con la piel.
  • Juguetes: Los juguetes son seguros y duraderos.
Beneficios del algodón orgánico

El algodón orgánico tiene una serie de beneficios, tanto para el medio ambiente como para las personas que lo utilizan.

Beneficios para el medio ambiente

El cultivo del algodón orgánico tiene un impacto positivo en el medio ambiente, ya que regenera los recursos naturales.

  • Reduce la contaminación del agua: El cultivo convencional requiere el uso de grandes cantidades de agua para el riego. El cultivo del algodón orgánico, en cambio, utiliza menos agua, ya que los agricultores utilizan métodos de riego más eficientes.
  • Reduce la contaminación del suelo: El cultivo convencional requiere el uso de pesticidas, fertilizantes y otros productos químicos que contaminan el suelo. El cultivo del algodón orgánico, en cambio, no utiliza productos químicos sintéticos, por lo que no contamina el suelo.
  • Reduce la contaminación del aire: El cultivo del algodón convencional requiere el uso de maquinaria agrícola, que genera emisiones de gases contaminantes. El cultivo del algodón orgánico, en cambio, puede realizarse de forma manual, lo que reduce las emisiones de gases contaminantes.
Beneficios para la salud

El algodón orgánico es una buena opción para las personas que desean cuidar su salud, ya que no contiene residuos de productos químicos que pueden causar problemas de salud.

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GEOSHIP, cúpula biocerámica: asequibilidad, sostenibilidad y cuidado

Mié, 10/01/2024 - 08:00

¿Que es GEOSHIP? Fuller comparaba las cúpulas que se estaban construyendo, en los años 60 y 70, a «naves espaciales de madera», una forma correcta de construcción pero con el material incorrecto. Predijo que en 50-100 años la ciencia de los materiales se pondría al día. Y, efectivamente, 50 años después, en 2004, se desarrolló la teoría general y la composición de la química del cristal cerámico de Rustum Roy. 

La cúpulas geodésicas de Geoship reúne la geometría y los materiales que maximizan la eficiencia. Sus desarrolladores creen que las cúpulas de biocerámica reemplazarán a las cajas de madera, ladrillo u hormigón en un futuro próximo.

Geoship construyó su primer prototipo en 2015 y desde entonces ha estado en constante mejora. Para promover esta visión lanzaron una primera recaudación de fondos públicos con una petición para lograr una inversión colectiva el 3 de enero, logrando su objetivo el 8 de enero.

La empresa ha aumentado su objetivo de financiación para permitir la entrada de 200 nuevos inversores. Hasta ahora cuenta con 140.

El fundador y director ejecutivo Morgan Bierschenk se sorprendió́ por el éxito de la campaña, y señaló́: «La gente está lista para un cambio de paradigma: estamos transformando el capitalismo y la construcción industrial. El crowdfunding de capital es la elección más obvia para la nueva idea de una sociedad respetuosa interesada en participar en compañías éticas. El viejo capitalismo hace ricos a la gente más rica, y todo el mundo se desentiende de sus responsabilidades ambientales, mientras nuestro planeta paga el precio. Estamos cambiando ese paradigma al hacer que nuestra inversión inicial sea ampliamente accesible, y distribuir capital a los usuarios y a la Tierra «.

La empresa tiene como objetivo remodelar una de las mayores industrias del planeta con 24 billones de dólares. Se está estructurando con un propósito social, una corporación y una cooperativa de múltiples sectores interesados, los clientes y la naturaleza serán los principales propietarios de la empresa, además de inversores y empleados. 

El modelo de Gobernanza de Múltiples Partes era desconocido y sin precedentes cuando Geoship comenzó en 2014. 

La ley JOBS de 2016 abrió la puertas para el crowdfunding basado en acciones, Bierschenk dice que es «la opción obvia para las empresas de Gobernanza de Múltiples Partes impulsadas por un propósito». Hasta entonces, la inversión en las primeras fases se limitaba a inversores acreditados seleccionados y a empresas de capital riesgo.

La empresa entró en el mercado de la vivienda convencional en 2019, cuando comenzaron a abordar la crisis de personas sin hogar en Las Vegas, demostrando la viabilidad de las aldeas regenerativas con cúpulas Geoship.

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Solo biocerámica 

Las cúpulas de biocerámica evitan las necesidad de los materiales de la construcción convencional. La estructura, el aislamiento y los paneles son 100% materiales compuestos biocerámicos. La cerámica atrapa partículas de aire para crear aislamiento. Además, se combina con fibra de basalto y cáñamo para formar los paneles y la estructura.

Es asequible

Los precios estimados de lanzamiento al mercado, llave en mano, serán de $ 45 mil (unos 38 mil euros) a $ 230 mil (unos 195 mil euros); dependiendo del tamaño. Este precio estimado incluye todo: entrega, permisos, instalación, sistemas mecánicos, acabados interiores, electrodomésticos, e incluso vidrio electrocrómico para mayor privacidad y aislamiento, calefacción y refrigeración solar. Las cúpulas de biocerámica son una tecnología que permite dar el salto a una nueva curva de asequibilidad.

Resiliente

Los compuestos cerámicos son ignífugos a 1.260 ºC. La estructura del domo distribuye las tensiones consiguiendo que sea más resistente a terremotos y huracanes. Diseñadas para durar más de 500 años. No existe ningún elemento que pueda pudrirse, oxidarse o deteriorarse. Pueden repararse y repavimentarse con el mismo material cerámico.

Cero carbono

Los paneles cerámicos prefabricados pueden secuestrar más CO2 del que se libera en su producción.

Los minerales se pueden recolectar del agua de mar, plantas desaladoras, depuradoras de aguas residuales y otras fuentes de flujo de desechos no tóxicos. Además, los paneles de biocerámica se pueden reciclar en nuevos paneles, o pulverizarlos para ser utilizado como fertilizante.

Tecnología de la naturaleza

La composición química de la biocerámica es similar al hueso y a las conchas. Este material está revolucionando la industria ortopédica como un cemento óseo bioactivo de curado rápido.

Optimización de la salud

Las cúpulas de biocerámica imitan la luz natural, el agua, y el entorno electromagnético. El diseño utiliza tomas a tierra, luz de espectro natural y agua activada por vórtices para restaurar las condiciones con las que evolucionaron los humanos en la Tierra. La cerámica de alto dieléctrico y la geometría fractal funcionan como un círculo de piedra o una pirámide. 

La biocerámica refleja más del 80% del calor radiante. 

Artículo publicado en la revista EcoHabitar nº 71, otoño 2021

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Trilogía el ciclo de la vida. 1º: Pumba y el ACV

Mar, 09/01/2024 - 08:00

Si hasta hoy he divagado por aspectos emocionales del habitar, a partir de esta me propongo perfilar racionalidades más prácticas para la actualidad de la construcción del hábitat; de modo igualmente libre y, espero, inspirador. Las secuelas de El Rey León no hacen justicia a la primera, que extenderé acompañado por tres de sus personajes para ilustrar el estado actual de la aplicación del Pensamiento de Ciclo de Vida en nuestro sector: aquí, el facocero habituado a encajar los impactos en el medio a través del ACV de la edificación; en la siguiente, tomaré al cicatrizado viejo león para explicar las tragedias detras del traicionado y traicionero “Análisis de Ciclo de Costes” (ACC), y terminaré con el resurgir de un nuevo líder mediante ACV-Social.

El pensamiento de Ciclo de Vida, en términos Disney, es ese estado equilibrado entre diferentes especies (y sus necesidades) y territorios (y sus recursos), consciente de las consecuencias a lo largo del tiempo y de las decisiones tomadas hoy. Relacionado, por tanto, con la idea transgeneracional de la Sostenibilidad; pero aún es más concreto, al estar íntimamente ligado a los criterios tras las decisiones y diseños, así como a los impactos ecológicos reales de esas consecuencias y, además, en las relaciones causa-efecto, focalizado en las agencias responsables y sus roles a través de la historia. Tanto es así, que su definición conceptual y operativa se encuentra estandarizada a partir de la ISO 14001:2015; como marco de análisis en la 14040:2006 y como sistema de evaluación en las 14044-49.

Pumba como ACV-coach

Pumba, dentro de sus capacidades, acompaña a Simba en el proceso de identificar, comprender y ponderar el efecto de los recursos que dice necesitar sobre su propia eficacia y, sobre todo, sobre su sistema-territorio-historia. Actúa, permítaseme, como ACV-coach. Analiza su Ciclo de Vida sistematizando toda la información ambiental de lo que hace, ayudando a que las decisiones consigan los menores impactos a lo largo de todo su desarrollo. Y se responsabiliza de que, tras su paso, todo quede como lo encontró, o mejor.

En el hogar, por ejemplo, pensemos en la iluminación nocturna de toda la casa durante 25 años (Objetivo y alcance). ¿Incandescente, fluorescente o LED? (Opciones). Solucionado con 30 bombillas (cada 5 años= 150 total), 12 tubos (cada 10 años= 30 total) o 20 LEDs en total (Flujos de referencia, cada uno con sus requisitos). Descomposición material de la bombilla-tubo-LED (vidrio, cerámica, metales, gases, plásticos) y su sistema (cables, tomas, dispositivos…) así como los consumos de energía, agua y otros productos relativos a su extracción, fabricación, puesta en funcionamiento, desecho y vuelta al medio (inventario); y todo ello, asociado a sus impactos globales (clima y recursos), regionales (suelo y agua), locales (contaminantes varios) y personales (salud). 

No lo mejor, sino lo posible y bueno

Pumba-ACV permite evaluar, incluso comparativamente, todo este análisis e interpretarlo, incluso contextualmente. Quizá mejor fluorescente en un palafito familiar, incandescente en un iglú individual y LED en un piso de Jaén. Lo mejor, luz natural en la pradera. O quizá hay que alcanzar un consenso y adoptar, no lo mejor, sino lo posible y bueno, comprometidos con el ecodiseño en origen y las políticas a largo plazo. Hacer que las personas, sociedades e industrias accedamos a información y pautas de comportamiento como las de Pumba ante raíces o bellotas, cueva o bosque, charca o río. ¿Acaso un facocero entiende el ciclo de vida del charco en que se baña y el ser humano, de su bañera, no? (DAP). 

Quizá tenemos que pensar en nuestros edificios y ciudades desde el ciclo de vida y comprometernos a que, tras nuestro paso, podamos devolver el territorio que nos acogió en mejor estado de como lo encontramos; mejor para la vida, mejor para el territorio. 
Pero, un momento, ¿cuánto cuesta esto? Lo veremos en la siguiente revista de la mano de Scar.

Artículo publicado en la revista EcoHabitar nº 69, primavera 2021

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¿Alternativa al vinilo en los pavimentos? La solución más sana, es la más natural

Lun, 08/01/2024 - 00:00

Una pregunta sobre pavimentos. Queremos poner parquet en la sala de estar. Nos proponen la colocación de losetas vinílicas, ya que resultan fáciles de trabajar y tienen muy buen precio, pero creo que no son del todo naturales. ¿Hay algunas que sean mejor que otras? ¿O cuál sería la alternativa? 

María, Navarra

Las losetas vinílicas son trozos de plástico que tienen distintas apariencias; en este caso parece que ofrecen una imagen de madera. Esos pavimentos NO son de madera, ni siquiera de madera triturada y conglomerada. El hecho de instalar un pavimento de plástico tiene diversas desventajas: emite sustancias químicas durante su instalación y su vida útil, aumenta la presencia de polvo y cargas electrostáticas, no ayuda con la higrotermia del ambiente interior….

Por lo tanto, no son pavimentos recomendables. La alternativa es que, si quieres un pavimento de madera, sea de madera. Los hay macizos, que son la opción más noble, tricapa (que tienen varias capas de maderas más o menos nobles…), pero, al final todo o casi todo es madera (o con un bajo porcentaje de colas). En ese caso has de controlar que los acabados superficiales sean aceites que no plastifiquen la madera, ya que es mejor que la dejen transpirar.

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En el caso de que teóricamente te guste la madera pero no estés dispuesta a aceptar que envejecerá, como material natural y orgánico que es, la alternativa es colocar un pavimento cerámico, preferiblemente de barro cocido tratados con aceites naturales. Los hay de infinitas medidas, colores y texturas. En ese caso aconsejo que pidas al fabricante un documento que garantice bajas emisiones radioactivas, y también que las piezas que elijas no estén plastificadas.

Pavimentos naturales: madera y barro

Los pavimentos naturales son una opción sostenible y ecológica que aporta un toque de calidez y elegancia a cualquier espacio.

La madera es un material natural que ofrece un gran confort y una sensación de bienestar. Es resistente, duradera y fácil de mantener. Además, es un material transpirable que ayuda a regular la temperatura y la humedad de la estancia.

El barro es otro material natural que se ha utilizado desde la antigüedad para la construcción. Es un material resistente, durable y antideslizante. Además, es un buen aislante térmico y acústico.

Las ventajas de los pavimentos naturales son:

  • Sostenibilidad: Están hechos de materiales naturales que son renovables y biodegradables.
  • Durabilidad: Son resistentes y pueden durar muchos años.
  • Confort: Ofrecen una sensación de bienestar y calidez.
  • Aislamiento: Son buenos aislantes térmicos y acústicos.

Artículo publicado en la revista Ecohabitar Nº 71 en otoño 2021

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Decadencia y topofilia

Jue, 04/01/2024 - 18:04

La pérdida del sentido y del amor al lugar de vida tiene un impacto negativo en el equilibrio del ecosistema terrestre porque las personas ya no se sienten responsables de cuidar el medio ambiente. También tiene un impacto negativo en el equilibrio social porque las personas ya no se sienten conectadas con su comunidad y sus vecinos.

Ilimitado

En todas las sociedades premodernas, las personas generalmente tienen un apego visceral a los lugares donde nacieron y donde viven. Estar separado de él durante mucho tiempo, fuera de circunstancias excepcionales, se vive como sufrimiento. En su célebre poema,  Feliz quien como Ulises …, Joachim du Bellay, exiliado en Roma, expresó magníficamente este sentimiento, todavía muy compartido en los albores de la modernidad. Muchos antropólogos se han sorprendido por el increíble apego de ciertos pueblos a los lugares duros en los que vivían y que consideraban los únicos capaces de dar sentido a sus vidas, si no el pináculo de la belleza. Al repudiar la tradición, y por tanto el patrimonio, en nombre de la razón, la modernidad rompe no sólo el vínculo entre generaciones, sino también el apego al lugar y, en particular, a las raíces. 

El libre intercambio

Si, inicialmente, la relajación de la fijación territorial constituye un innegable enriquecimiento personal a través de viajes de descubrimiento (pensemos en el gran viaje realizado por las elites en el siglo XVIII ) , promoviendo una cierta apertura mental y tolerancia hacia las diferentes morales, el nomadismo global genera derechos humanos. y los desastres ecológicos sin reducir la xenofobia, sino todo lo contrario. La ilimitación en el corazón de la modernidad favorece la transformación del “comercio dulce” magnificado por Montesquieu en un movimiento planetario con la globalización de los mercados que es, ante todo, la mercantilización del mundo. 

“El libre intercambio”, señala juiciosamente Frédéric Dufoing, “permite desarrollar tanto el desarraigo de la imaginación como la imaginación del desarraigo, es decir, romper tanto el sentido del límite como la percepción de la totalidad de un proceso y de sus consecuencias. Para comprender la necesidad de redescubrir el amor loci , el amor a los lugares, propugnado por el decrecimiento, debemos tomar la medida y las razones de su destrucción por parte de la sociedad de crecimiento. 

Cementación

La sociedad del crecimiento, hija de la modernidad, destruye no sólo el amor por los lugares, sino los lugares mismos. Con lo que llamamos globalización, hemos pasado de una sociedad con mercado a una sociedad de mercado, de una sociedad con crecimiento a una sociedad de crecimiento; esta última puede definirse como una sociedad dominada por una economía de crecimiento y que tiende a ser absorbida por ella. 

El crecimiento por el simple hecho de crecer se convierte así en el objetivo principal, si no el único, de la vida. El cáncer del Crecimiento (con C mayúscula ) no sólo destruye la tradición y su inscripción geográfica, ciudad o campo, sino que lacera el territorio, devora el espacio con sus metástasis, carcome el significado del lugar y deshilacha el tejido social. Las diversas revoluciones industriales con extractivismo, productivismo y consumismo provocan una desestructuración de los espacios habitables, una devastación de los paisajes y una pérdida de hitos y una destrucción de la belleza de los sitios. 

El fin del paisaje

Asistimos a una  consolidación del territorio, a una decadencia del paisaje, a un aumento inexorable de la fealdad del medio ambiente y a la destrucción del medio ambiente. Ya en 1972, Bernard Charbonneau, ecologista francés y precursor del decrecimiento, denunció en  El fin del paisaje (título de su libro ilustrado) las repercusiones negativas del productivismo sobre el paisaje y el medio ambiente. Ahora, el resultado más visible de todo esto es la desastrosa transformación del mundo real, aquel en el que estamos condenados a vivir, entre vertedero y basura. 

Desterritorialización sin retorno 

Según Alberto Magnaghi: “El camino hacia  la desterritorialización sin retorno  fue abierto por el cercamiento de los  bienes comunes , la progresiva privatización y mercantilización de los  bienes naturales comunes (tierra, primero, luego agua, aire, fuentes naturales de energía, bosques, ríos, lagos, mares, etc.) y  bienes territoriales comunes (ciudades e infraestructuras históricas, sistemas agroforestales, paisajes, estructuras hidráulicas, saneamiento, puertos, instalaciones de producción de energía). Y añade: “Nuestra civilización no produce un  paisaje , y menos aún  lugares de los que el paisaje sería expresión. Ella se ocupa de otras cosas y contribuye a destruir las que deja la historia. […]

La civilización contemporánea ha producido efectos principalmente  destructivos sobre la estructura territorial a través de sus paradigmas económicos de desarrollo.del paisaje y del entorno circundante, una destrucción de lugares, ataques contra los elementos estructurantes de la identidad de la región en el largo plazo, la degradación actual de nuestra difusa urbanización posurbana […] Con el territorio quedaron enterrados: el paisaje , lugar, ciudad, campo. A cambio tenemos no-lugares, vertederos y barrios marginales”.

Desastre urbano

Desastre urbano , esta es la observación del gran arquitecto portugués Álvaro Siza. “Lo más grave es la devastación del territorio, el fracaso de esta disciplina que es el uso de la tierra”. “Estamos asistiendo, según Dominique Machabert, profesor de arquitectura y conocedor de la escuela de Oporto y de la obra de Siza, al fin de un orden de cosas que tal vez prefigura algo más, que no conocemos de nuevo. Y sin duda era inevitable. Pero en el futuro inmediato, la calidad es marginal y estamos ante un desastre” [ Técnicas y Arquitectura , 2003]. 

Este desastre urbano y paisajístico, que todos pueden ver, es el resultado de una lógica que obviamente escapa a los arquitectos y urbanistas. Seguimos viviendo en la  ciudad productivista y consumista , diseñada y estructurada según el automóvil en formas supuestamente racionales (basta pensar en la Cité radieuse de Le Corbusier), con su segregación de espacios, sus zonas industriales, sus centros comerciales, sus barrios residenciales sin vida. y sin alma [Yves Cochet]. Esta destrucción se magnificó por primera vez antes de que nos diéramos cuenta del desastre. 

Manifiesto del movimiento futurista

Marinetti, en 1909, en el Manifiesto del movimiento futurista , anticipándose al proyecto de Le Corbusier de arrasar París, quería destruir Venecia en nombre del progreso: “¡Desviar el curso de los canales para inundar los museos! […] ¡Es tu turno de usar picos y martillos! ¡Socavad los cimientos de ciudades venerables! » Ceausescu llevó a cabo este programa en Bucarest; Pompidou murió demasiado pronto para completar el proyecto de una autopista que atravesaría la capital, pero Bruselas se convirtió en el ejemplo de la masacre conjunta de especulación y modernización, incluso se inventó el verbo «Brusellize» para designar la destrucción de ciudades en tiempos de paz [Jean- Claude Michéa]. 

Esta destrucción abierta o insidiosa continúa irresistiblemente: con la desintegración de los viejos centros y la especulación inmobiliaria desenfrenada que empuja a las clases medias y bajas a la periferia, la proliferación de centros comerciales, la ampliación de las zonas residenciales, la aparición de torres, el destripamiento por autopistas y la multiplicación de los “no lugares” (estaciones, aeropuertos, hipermercados) –según los análisis de Marc Augé y Marco Revelli– y la asfixia del tráfico automovilístico. Este es uno de los síntomas de una crisis mayor causada por la sobremodernidad o la hipermodernidad., o incluso “modernidad tardía” (términos más precisos, en mi opinión, que “posmodernidad”). Es difícil apegarse a un no lugar, a pesar de los elogios al desarraigo que todavía pronuncian los turiferos del sistema. 

Procesos de desarraigo

Así, para Luc Ferry: “Es alejándose de la naturaleza como el hombre se convierte en él mismo, es rebelándose contra el determinismo y la tradición como construye una sociedad de derecho, es escapando de su pasado como se abre a la cultura y accede conocimiento… Desde la Revolución Francesa, toda nuestra cultura democrática, intelectual, económica, artística se ha basado en este necesario desarraigo” [citado por Alain por Benoist]. Esto no es del todo falso, pero es también este desarraigo el que nos impulsa hacia el colapso de esta civilización del exceso. El rechazo de los límites, como bien había analizado Simone Weil en su tiempo, expone a los humanos a procesos de desarraigo que los deshumanizan y los hacen permeables a las ideologías totalitarias. Al desarraigo generalizado es urgente oponerse a la deslocalización propuesta por el decrecimiento.

Nomadismo generalizado

Uno de los signos del comprensible descontento con los lugares para vivir es el nomadismo generalizado, del cual el turismo de masas es un síntoma. La búsqueda obsesiva del exotismo, condenada al fracaso por la homogeneización planetaria que este turismo de masas contribuye a acelerar, se explica por el malestar que genera una civilización del tener. El viaje se convierte en un objetivo en sí mismo, racionalizado por el  bajo coste  de las ofertas de viaje y de las estancias organizadas en lugares fuera de las cadenas hoteleras, haciendo la vida cotidiana aún más insoportable para los nativos y, a cambio, generando entre ellos una necesidad de «evasión». 

El caso de Barcelona se ha vuelto emblemático. La destrucción de lugares y la topofilia también contribuyen en gran medida al fenómeno migratorio de las poblaciones del Sur , que constituye un desafío insoluble para los países ricos. Por supuesto, hay muchas otras causas y otros efectos de todo esto que han sido ampliamente estudiados en otros lugares. 

Desglobalizar

La reubicación ha sido, desde el principio, una pieza central del proyecto de decrecimiento. El contenido se expresa de manera positiva, y da sustancia a la construcción de una sociedad de posdesarrollo, alternativa a la sociedad del crecimiento, que puede denominarse de abundancia frugal , sobriedad feliz o prosperidad sin crecimiento . La relocalización ciertamente incluye un aspecto negativo, significa sobre todo  desglobalización , pero la relocalización no se reduce a este aspecto defensivo. Se trata de reinventar la autonomía territorial adaptada a la situación histórica. Esto sólo es posible mediante un renacimiento de los sentidos y, en particular, del sentido del lugar. Sin embargo, el término reubicación, preferible al término más derechista  localismo , no escapa a toda ambigüedad porque existen varias concepciones de reubicación. Por tanto, es necesario especificar claramente qué no es la deslocalización decreciente , para poder comprender mejor qué es.

Glocal

La globalización es este juego de masacre planetaria, que pone a todos los territorios en competencia a favor del mejor postor desde el punto de vista fiscal, social y ambiental, destruye la base económica y social de la autonomía local: el campesinado, la artesanía, la pequeña industria, el comercio independiente. Genera una estandarización global que reduce las culturas a folclore y vacía la política de toda sustancia en favor de la única ley del mercado. 

Sin embargo, al mismo tiempo, el relativo retiro de la supervisión estatal y la disminución del intervencionismo en los servicios públicos en el Norte, generados por la desregulación de las economías nacionales y la desregulación financiera y la desintermediación a nivel internacional, están reactivando las necesidades regionales y locales para cubrir las necesidades. vacío así creado. Incluso hemos acuñado un nuevo término,  glocal , para designar esta nueva articulación de lo global y lo local. Al liberar el freno del dinamismo de la base, este proceso estimula a veces una reactivación cultural que puede provocar sinergias económicas. 

El ocio, la salud, la educación, el medio ambiente, la vivienda y los servicios personales se gestionan necesariamente, de hecho, en el nivel microterritorial del espacio habitable. Esta gestión de la vida cotidiana conduce, por parte de una fracción de la población excluida, protestante o unida, a ricas y meritorias iniciativas ciudadanas para intentar recuperar el control sobre la experiencia vivida.

Neo-rurales

En Europa, pero también en Estados Unidos, Canadá y Australia, asistimos desde hace varias décadas al nacimiento reactivo de quienes han sido denominados “neo-agricultores”, “neo-rurales”, “neo-artesanos”. . Asimismo los últimos años hemos visto florecer un sinfín de asociaciones sin fines de lucro (o al menos no exclusivamente con fines de lucro): empresas cooperativas autogestionadas, comunidades agrícolas, AMAP ( Asociación de Productores-Consumidores para el Mantenimiento de la Agricultura Campesina ), GAS ( Gruppo di acquisto solidale ), Lets ( Sistema local de intercambio comercial ) y Sels ( Sistema local de intercambio comercial ), Bancos de tiempo elegido , juntas de vecinos, guarderías para padres, boutiques de gestión, gremios de artesanos, bancos éticos o mutuas de crédito de riesgo, comercio justo. y movimientos solidarios, asociaciones de consumidores, cafés de reparación , empresas de integración, etc. 

En definitiva, toda la nebulosa de  la economía social y solidaria , del  tercer sector , de la economía  sin fines de lucro o de la otra economía , sin contar el florecimiento de iniciativas culturales (festivales de todo tipo, ecomuseos, etc.) favorecido paradójicamente por la aparición del turismo de masas. Las posibles “consecuencias” económicas de todo esto son innegables, pero problemáticas. Además del trabajo por cuenta propia y la subcontratación de talleres artesanales, se trata principalmente de trabajos de servicios (servicios administrativos, servicios a empresas o servicios locales para residentes). 

Territorios sin poder

Obviamente, todas estas actividades no son el resultado de una dinámica integrada. Vinculadas al desarrollo económico y al mercado global (con subvenciones del Estado o de Bruselas para la Unión Europea, etc.), estas  microempresas están a menudo a merced de los cambios políticos y condenadas a desaparecer tarde o temprano, o a mezclarse con otras. el sistema dominante. Podemos decir, de hecho, que estamos ante territorios sin poder, en gran medida a merced de potencias sin territorio. 

A falta de una descolonización profunda de la imaginación por parte de sus promotores, las iniciativas alternativas, que no están realmente arraigadas en el amor por los lugares, suelen caer en las rutinas del mundo de las mercancías, incluso cuando son al margen del Mercado y se creen portadores de otro modelo de sociedad. Asistimos por fin al caso límite de la explotación más escandalosa de la economía cooperativa con Uber , Airbnb y otros Blablacar , o de determinadas monedas virtuales para deleite de los  gafa ( Google , Apple , Facebook , Amazon ).

Reterritorializar

Si la utopía del decrecimiento implica un pensamiento global, hoy sólo podemos lograrlo partiendo de los territorios. Relocalizar la economía y la vida es una condición esencial para la sostenibilidad. Se trata de “reterritorializar” (según la expresión del arquitecto-urbanista Alberto Magnaghi ), es decir encontrar un sitio y rehabitarlo . “Debemos cambiar radicalmente nuestra visión del problema para pasar de la  tierra como contexto, espacio topográfico, soporte técnico homologado de la ciudad fabril fordista, de la  máquina habitante corbusiana y de la ciudad digital de la información, al  territorio como sujeto, como lugar vivo. producto humano, formado por lugares dotados de  personalidad según la definición de Vidal de la Blache (1908)”. 

El territorio debe ser considerado como una inmensa obra de arte viva, producida y mantenida en el tiempo por pueblos vivos. En consecuencia, es un bien común, porque constituye el entorno esencial para la reproducción material de la vida humana y la realización de las relaciones socioculturales y de la vida pública. Por lo tanto , desde la perspectiva de la construcción de una sociedad en decadencia pacífica, la reubicación y la reterritorialización deseables no son sólo económicas. La política, la cultura, el sentido de la vida deben recuperar sus raíces territoriales. La palabra clave entonces es la de autonomía . 

Autosuficiencia  económica

Se trata de una verdadera mutación antropológica. En efecto, esta deslocalización incluye un componente que ciertamente constituye una verdadera provocación al pensamiento único: “  Reenclavar / recompartimentar  ”, por lo que la deslocalización es lo opuesto a la globalización. 

En la medida de lo posible, sería incluso deseable volver en gran medida a la autosuficiencia  económica , es decir, a una cierta forma de autarquía. Al internalizar los costes externos del transporte, los de las infraestructuras y los de la contaminación (incluidos el efecto invernadero y el cambio climático), probablemente deslocalizaríamos un gran número de actividades. Con un coste del kilogramo (de contaminación) por kilómetro multiplicado por diez o veinte, las empresas productoras redescubrirían  espontáneamentelas virtudes de los productos y mercados locales. El objetivo perseguido no significa una autarquía total, lo que sería absurdo y, además, imposible. 

Sin embargo, los intercambios de mercancías deben ser limitados y realizarse en la medida de lo posible con regiones asociadas que hayan elegido la misma opción y hayan renunciado al productivismo. Sabiendo que un empleo precario creado en la gran distribución destruye cinco empleos sostenibles en las tiendas locales, entendemos el interés de defender el comercio local. (1)

Resiliencia

La autoproducción de energía es también una parte importante de la revitalización del tejido económico local. Las energías renovables, como la solar, la geotérmica o la eólica, que no se pueden almacenar o se almacenan mal, son adecuadas para ubicaciones y usos locales. Se adaptan bien a sociedades descentralizadas, sin grandes concentraciones humanas. Esta dispersión también es una ventaja porque cada región del mundo tiene potencial natural para desarrollar uno o más sectores de energías renovables. 

Esto evitaría pérdidas importantes por el transporte y la retirada de tierras de usos agrícolas. Con el fin del petróleo barato y la exigencia de sentido común de no intentar reducir las existencias de combustibles fósiles restantes a un gran costo para no acelerar el cambio climático, producir y consumir energía lo más cerca posible debería convertirse en una necesidad. No tiene sentido anticiparlo y convertirlo en una virtud… Éste es el significado de resiliencia  , en el corazón del proyecto “ciudades en transición” lanzado por Rob Hopkins. Podemos plantear la ecuación: resiliencia = resistencia + capacidad de recuperarse . Este concepto, tomado de la física y retomado por la ecología científica, puede definirse como la capacidad de un sistema para absorber perturbaciones y resistir cambios en su entorno. 

Pequeñas comunidades rurales

¿Cómo podrán, por ejemplo, las grandes zonas urbanas hacer frente al fin del petróleo, al aumento de la temperatura, a la pérdida de biodiversidad, a la sexta extinción de especies y a todas las catástrofes previsibles? La experiencia ecológica responde con resiliencia. Esto supone una pequeña escala y multifuncionalidad (de ahí la reubicación), mientras que la centralización (de ahí la globalización) realizada en nombre de la eficiencia, para beneficiarse de las economías de escala, implica el riesgo de fragilidad debido a la monofuncionalidad y la hiperespecialización.. La reintroducción de huertas, la agricultura mixta, la agricultura local, las pequeñas unidades artesanales, la multiplicación de las fuentes de energía renovables, fortalecen la resiliencia. Dos instituciones humanas aparecen recurrentemente a lo largo de los avatares de la historia y demuestran una extraordinaria capacidad de supervivencia, una rural y otra urbana. 

El primero se refiere a la pequeña explotación campesina familiar y autosuficiente, analizada anteriormente por Alexander Chayanov. Por este motivo, Nicholas Georgescu-Roegen abogó por el futuro de la humanidad en las pequeñas comunidades rurales. El otro, más urbano, no es otro que el taller artesanal. El proyecto político de decrecimiento otorga ahora un lugar importante a la “población decreciente” de las ciudades junto a la “población decreciente” de los campos, a diferencia del retorno nostálgico a la tierra, defendido con mayor frecuencia por los partidarios de la simplicidad voluntaria o de la “población decreciente”. gente”.supervivientes”. (2)

Biorregión

El socialismo ecológico y democrático, por su parte, sólo puede lograrse en un territorio de vida a escala humana. Por lo tanto, el decrecimiento implica relocalizar la política, por ejemplo, inventando o reinventando una democracia local. Esta preocupación no es nueva y las viejas reflexiones sobre la dimensión del  demos (el pueblo ciudadano), desde Aristóteles hasta Murray Bookchin pasando por Rousseau, pueden arrojar luz sobre la cuestión. Según Aristóteles: “Si diez hombres no podían formar una ciudad, cien mil hombres tampoco podrían formarla. La cantidad a observar, sin duda, no es un número determinado, sino cualquier número comprendido entre ciertos límites. 

Ecorregiones o biorregiones

Este podría ser un criterio para el tamaño de una biorregión urbana todavía válido en la actualidad. La biorregión puede definirse como un territorio con una fuerte autonomía ecológica –la fauna y la flora, el clima, el relieve y la hidrografía forman un todo homogéneo– en coherencia con su población, su cultura y su historia. (3) Puede ser rural o urbano. Como espacio político, corresponde bastante bien a la dimensión de una democracia en Rousseau: “Un Estado muy pequeño, donde el pueblo es fácil de reunir y donde cada ciudadano puede conocer fácilmente a todos los demás” [citado por Olivier Rey] . 

En el caso de las ecorregiones o biorregiones , se trata de construir  sistemas políticos libres del totalitarismo económico y organizarse de forma confederal. Sin duda deberíamos empezar, siguiendo la sugerencia de Yves Cochet, reemplazando la OMC por la OML ( Organización Mundial para la Localización ) con el lema: “¡Proteger lo local globalmente!” »

Enraizamiento

La deslocalización es quizás ante todo un reenraizamiento para contrarrestar los efectos patológicos del desarraigo. “Para la gran mayoría”, señala Jacques Ellul, “el desarraigo no se reconoce como sufrimiento y desequilibrio. Sólo en el inconsciente, en las estructuras profundas de la personalidad, en los desequilibrios, actúa el mal del desarraigo. Y vemos aparecer las famosas enfermedades de la civilización (úlcera de estómago, insomnio, enfermedades vasculares, fatiga permanente, trastornos nerviosos, dificultades del lenguaje, etc.) que se deben a diversas causas, pero una de ellas, esencial, es precisamente el desarraigo, soledad material, psicológica y cultural; el hecho de la no pertenencia, el hecho de la reubicación, de no pertenecer más a un lugar de costumbre, de placer, de memoria y de proyecto”.

El problema es que esta necesaria transformación antropológica no se puede decidir. Sin embargo, todas las medidas mencionadas pueden impulsarlo y, a cambio, esto acelerará su implementación. Este es el caso de pasar del movimiento generado por la globalización a la deseable topofilia para reducir el exceso del sistema de transporte con sus consecuencias nocivas para el clima y la salud, y recuperar un mejor equilibrio psicológico. “Los usuarios”, ya escribió Ivan Illich, “romperán las cadenas del abrumador transporte cuando comiencen a amar su isla de tráfico como a un territorio y a temer alejarse de ella con demasiada frecuencia”. Así, desaparecería la necesidad obsesiva de ir cada vez más lejos, cada vez más rápido y cada vez más a menudo y todos los efectos desastrosos que son su consecuencia.

Notas

(1)  Christian Jacquiau, Entre bastidores del comercio justo , Las mil y una noches, 2006. Según Amigos de la Tierra , la apertura de un supermercado en Inglaterra provoca la pérdida de 276 puestos de trabajo ligados al cierre de pequeñas empresas en un radio de 11 kilómetros. Según el INSEE, la aparición de los supermercados (a finales de los años 1960) eliminó el 17% de las panaderías (es decir, 17.800), el 84% de las tiendas de alimentación (es decir, 73.800), el 43% de las ferreterías (es decir, 4.300).

(2) Los “supervivientes” se refieren a aquellos que se organizan en preparación para el desastre abasteciéndose de armas, acumulando reservas de alimentos, construyendo búnkeres y otros medios de defensa.

(3) A veces distinguimos la ecorregión de la biorregión , sin incluir la primera la dimensión humana, cultural e histórica. La “ecorregión” fue promovida en particular por el estadounidense Kirkpatrick Sale, gran destructor de la industrialización, y la “biorregión urbana” introducida por el italiano Alberto Magnaghi .

Bibliografía
  • Alain de Benoist, ¡ Mañana, decrecimiento! Pensar la ecología hasta el final , Edite, 2007.
  • Bernard Charbonneau, El fin del paisaje, Anthropos, 1972.
  • Yves Cochet, El apocalipsis del petróleo , Fayard, 2005; Antimanual de ecología , Éditions Bréal, 2009
  • Frédéric Dufoing, “Hacia una economía ecológica”, Krisis , n° 48, junio de 2018.
  • Jacques Ellul, Revolución cambiante. El proletariado inevitable , Seuil, 1982.
  • Renaud García, Alexandre Chayanov, por el socialismo campesino , El polizón, coll. Los precursores del decrecimiento, 2017.
  • Ivan Illich, Energía y Equidad , Obras Completas , Fayard, 2004, volumen 1.
  • Alberto Magnaghi, La biorregión urbana. Pequeño tratado sobre el territorio común , Eterotopia Francia/rizoma, 2014;  El proyecto local , Mardaga, 2003.
  • Jean-Claude Michéa, La enseñanza de la ignorancia y sus condiciones modernas , Microclimas, 1999.
  • Thierry Paquot, Desastres urbanos , La Découverte, 2015.
  • Jean-Luc Pasquinet, Relocalizar, por una sociedad democrática y antiproductivista, Libres y Solidarios , 2016.
  • Olivier Rey, Una cuestión de tamaño , Stock, 2014 .
  • Simone Weil, Rooting , Gallimard, 1949. Véase también Genevève Azam y Françoise Valon, Simone Weil o la experiencia de la necesidad, El polizón, coll. Los precursores del decrecimiento, 2016.

Artículo publicado en la revista digital topophile

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Can Buch, rehabilitación y bioconstrucción

Jue, 04/01/2024 - 08:56

Con más de veinticinco años rehabilitando la arquitectura tradicional en las comarcas de Girona, considero que cada vez tiene más sentido proponer algunas de sus virtudes para enfrentarse a los retos sostenibilistas.

Estado de las ruinas.

La masía es la unidad primordial del paisaje tradicional rural de mi país. La reglamentación actual incide en cuestiones formales y restricción de usos, como si de legislar el complejo suelo urbano se tratase. Siempre he creído que en aquello que tenemos que poner en valor sobre la arquitectura tradicional, es una lección de software y no de hardware. En otras palabras, es más útil recuperar el metabolismo que la generó que los restos materiales que han sobrevivido.

Bajo esta óptica he tenido la suerte de participar en el peculiar proyecto de rehabilitación de Can Buch para un hotel rural. Existen tres razones que hacen de este proyecto un caso único incluso antes de los croquis iniciales. Por una parte, la figura del joven propietario y promotor, que tenía muy interiorizada la filosofía de permacultura y supo mantener la honestidad de sus principios durante toda la obra. También la administración local facilitó, como pocas veces, los trámites necesarios; era evidente que la comunidad local apreciaba el tipo de actividad que se estaba planteando. Y, finalmente, poder contar con un grupo de artesanos conformado tras años de experiencia.

Llegada de la gran escalera y el ventanal abierto a las vistas. Se aprecia la cubierta de madera vista. La propuesta

Por el estado de las ruinas se puede deducir que se trata de un proyecto de obra nueva. La masía constaba de un volumen principal y un granero. Se propuso destinar el granero para la vivienda y la masía para el hotel rural. Entre ambos volúmenes se proyectó un gran jardín con piscina y un cobertizo para herramientas y sala de máquinas.

Se pretendían recuperar las virtudes a escala territorial y social de la masía, más allá de sus características formales. Esto nos obligaba a respetar los conceptos que estructuraban la estrategia, poniendo énfasis en:

1. Maximizar los materiales Km0

Todas las piedras provenían de la ruina original, las gravas y arenas del cercano río Fluvià, el barro de la misma obra, los bloques BTC del pueblo vecino de Les Planes y la cerámica del Baix Empordà. En cuanto a los biorecursos pudimos contar con madera de pino Douglas del Montseny y todo tipo de fibras vegetales de la comarca. Es un lujo poder dirigir una obra con materias primas sabiamente elaboradas, evitando productos patentados y un exceso de embalajes.

2. Diseñar para y con los artesanos

En un principio configuramos la comunidad de artesanos responsables de la ejecución de la obra. En mis proyectos los artesanos participan desde las fases más tiernas y su opinión continúa conformando la propuesta durante toda la obra. Así pues, la autoría final es compartida tanto por los técnicos como por los artesanos implicados. 

3. Recuperar el metabolismo autosuficiente

El reto del proyecto residía en conseguir una gestión del hotel que cerrara ciclos y la autosuficiencia mediante la gestión tradicional del paisaje. Mucho antes de iniciar la obra el promotor ya estaba reactivando actividades agroforestales y ganaderas fundamentales para el futuro hotel. Transformar el paisaje en gastronomía Km0 era, desde el principio, uno de los requisitos; la finca cuenta con 75 ha de bosque; el ciclo térmico se solventó sin dependencia externa; el ciclo del agua combina: el agua de pozo, la recolección de aguas pluviales, la fitodepuración y la potabilización con el fin de dotar a la finca de todos sus usos. Finalmente, la energía se produce con placas fotovoltaicas que abastecen luminarias y electrodomésticos de alta eficiencia.

Los cuatro objetivos en autosuficiencia. Confort, aislamiento, calidad del aire

El reto ha sido dotar de confort lumínico, hidrotérmico y salubridad sin traicionar las particularidades de un edificio tradicional. 

Para incrementar la capacidad aislante de los paramentos se propuso aplicar un revoco interior de 8 cm a base de arcilla y fibras vegetales, incorporando aislamiento sin renunciar a la inercia, tan útil en nuestra latitud. 

Los nuevos muros se levantaron con la piedra recuperada en el exterior, con paredes de BTC y aislamiento de corcho en el interior.

Las carpinterías, zunchos y cubiertas se realizaron con madera maciza para evitar puentes térmicos. La cubierta cuenta con dos capas de corcho como aislamiento.

Comedor, desde donde se puede disfrutar de las vistas, de un ambiente interior de calidad.

Para garantizar una óptima ventilación natural en periodo estival y la calidad del aire interior, se diseñó un patio cubierto en el centro de la planta a doble altura, que permite una generosa ventilación natural de todas las piezas en ambas plantas y disfrutar de las grandes vistas de levante desde varios puntos del interior. 

Poder apreciar las vistas sobre el paisaje es un gran valor. Para dar respuesta a este requisito y potenciar aún más la ventilación cruzada readaptamos la estructura ligera del granero como gran ventanal. Una estructura de madera a modo de tribuna suaviza el impacto visual y permite el control solar necesario para conseguir confort lumínico y térmico en el interior.

Técnicas tradicionales contemporáneas

Autolimitándonos al uso de técnicas tradicionales, no olvidamos que levantábamos una arquitectura contemporánea para la sociedad de hoy en día. 

Resaltamos cuatro técnicas ancestrales:

La piedra

Los muros se levantaron con los restos de la ruina, pero se modificó la sección usual de mampostería original. Las caras exteriores que conforman la fachada se levantaron con piedra usando mortero de cal hidráulica; en el interior se aplicó una doble capa de corcho y una última pared de BTC vista. De forma que se respeta el valor que se otorga a la piedra, mejora su calidad térmica y nos ajustamos a los límites presupuestarios propios de una promoción privada.

La bóveda catalana

Con la bóveda catalana, un sistema constructivo muy propio de la zona, se realizaron todos los forjados de la planta baja. 

En el caso de la compleja bóveda del vestíbulo se tuvo que lidiar con un perímetro irregular y una amplia escalera en esquina, el resultado obtenido es insólito, no se usó hormigón en ningún momento. Se utilizó cerámica industrial y se dejó vista para un encalado posterior. 

La madera maciza

Otra protagonista de la obra es la madera maciza. La cubierta se solucionó con un entramado ligero, macizado con fibra de madera como aislamiento y un trasdosado inferior con lamas de madera a corte de sierra, un material natural y de gran ecoeficiencia. Aunque no es el aspecto que uno espera encontrar en una masía se mantiene la esencia del km0. También se usó madera maciza a modo de losa para hacer forjados y tabiques interiores. 

El barro

Extraído del lugar. Aporta cualidades hidrotérmicas excepcionales. El revoco con un alto porcentaje de fibras vegetales a base de cáñamo, paja y cáscara de arroz permite el equilibrio entre aislamiento e inercia térmica, muy apropiado para una masía. Una solución similar se ejecutó en los módulos no acristalados de la fachada ligera de madera. 


Momentos de la construcción.Aplicación del barro en la fachada.
Recuperación de los muros anteriores.
Colocación de la estructura interior de madera.
Colocando los ladrillos para la bóveda. Conclusiones

Este puede considerarse como un caso prototípico por muchas razones, promotor y arquitecto coincidimos en los conceptos primordiales de maximizar materiales locales, sacar lo mejor de los artesanos implicados y usar el extenso catálogo de las técnicas tradicionales propias de arquitecturas vernáculas.

Las fronteras entre lo nuevo y lo viejo, o entre la modernidad y la tradición, se han disuelto en aras de una actualización de la esencia de la arquitectura preindustrial. Podemos asegurar que la recuperación de técnicas tradicionales en obras contemporáneas tiene el futuro asegurado. 

Esta visión optimista descansa sobre cuatro tendencias actuales motivadas por un discurso sostenibilista, una voluntad de transformación social, la búsqueda de un nuevo lenguaje y encontrar un encaje profesional como arquitecto en este nuevo escenario. 

La motivación sostenibilista 

Los proyectos actuales deben confrontarse con las imperantes variables de sostenibilidad. De todas las estrategias encaminadas a solucionar este dilema, existe la que pretende recuperar las virtudes de las técnicas tradicionales, pues, aunque a menudo correspondían a economías de subsistencia, pueden aportar lecciones a la actual sociedad postmoderna.

La maximización de materiales locales representa la minimización del transporte horizontal, la peor variable de la actual crisis ecológica. Las edificaciones tradicionales tienen un retorno a la naturaleza sin generar residuos, saben envejecer adquiriendo una pátina agradable y tienen una durabilidad demostrada con creces con el paso del tiempo.

Motivación social 

Con la lógica de obtener la habitabilidad con la transformación del material que tenemos al alcance, se recupera un empoderamiento de la comunidad local. La figura del artesano es primordial cuando queremos recuperar estos conocimientos tradicionales. 

Cuando consigues armar una comunidad de artesanos en la obra, la vocación para hacer un buen trabajo supera cualquier compromiso comercial adquirido de antemano y permite realizar obras únicas en las que todos gozan de este derecho de autorrealización.

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Motivación profesional

Cuando se trabaja con técnicas tradicionales se está obligado a contrastar el origen de la materia prima, su manipulación y puesta en obra en ámbitos a menudo fuera del marco normativo. Este esfuerzo añadido se compensa con la posibilidad de definir soluciones a medida para el proyecto, sin depender de la disponibilidad de catálogos según las tendencias del mercado.

Materiales utilizados

Suelo: Solera ventilada a base de cal hidráulica y cimentación ciclópea con mortero pobre.
Muros exteriores: Piedra recuperada de la ruina existente.
Muros interiores: BTC (Bloque de Tierra Comprimida).
Fachadas: Ligeras a base de esqueleto de madera maciza Douglas del Montseny, con rellenos de caña y barro local.
Forjados: Bóveda catalana con ladrillo industrial, pintada con jabelga y macizado acústico a base de hormigón de cal hidráulica. 
Altillos: Pino Douglas del Montseny. Los perfiles del puente de madera de ciprés de Girona, las clavijas estructurales de madera de acacia de Bescanó.
Cubierta: Teja local sobre doble rastrel. Láminas transpirables y freno de vapor RIWEGA. 
Aislamiento: Corcho combinando con ámbitos de fibra de madera. 
Aislamiento acústico: Algodón reciclado navarro. 
Pavimento: Losas recuperadas, cerámica ampurdanesa y tarima de cedro del Montseny.
Carpintería: Madera maciza de pino de Flandes.
Mobiliario: Roble reciclado procedente de la ruina original.
Revestimientos exteriores: Piedra de la obra original y tramos de madera sin pintar.
Revestimientos interiores: Revoques de barro con cáñamo ampurdanés y paja local. 
Pintura: 
Muros: Pintura de cal o jabelga según el ámbito. 
Carpintería: Lasur al agua.
Hierro: Negro con esmalte al agua. 
Baños: En ducha estuco de cal área. 
Electricidad: Placas FV.
Cableado: Libre de halógenos. 
Red de agua y saneamiento: Tubería PPP.
Calefacción y ACS: Caldera de biomasa.
Abastecimiento del agua: se combina agua del pozo con la de cubierta para consumo, riego y aseo.
Gestión de aguas negras, grises y tratamiento de piscina: Mediante sistemas de fitodepuración.

Ficha técnica

Promotor: @ecoturismecanbuch
Arquitectos: Bangolo Arquitectes
Ingeniería: Anna Frigola
Coordinador de seguridad: Bioarkiteco
Constructor: Construccions Jordi Fornaguera 
Estructura Madera: Max Madera
Instalaciones: INSIPA S.L.
Carpintería: Fusteria Llaussas S. L.
Bóveda vestíbulo: Jordi Domènech
Barro: PuraTerra
Fito depuración: Projectes d’Aigua
Potabilización: Tratamiento Natural del Agua
Herrero: Ferro Calent 
Cestería: Tramat
Pintura: Pintura i decoració Miquel
Textiles: Ggiros in Textiles
Superficie construida: 1.015 m2
Precio: 1.500 € /m2

Superficie construida:
1.015 m21.500 € m2Fotos: Antonio Navarro. Contenidos relacionados
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