¿Cómo puedo reforzar mi inmunidad?

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El sistema inmunitario no sólo se refuerza con suplementos. Hay otras fomas de mantenerlo en plena forma o reforzarlo si se ha debilitado. 

Los siguientes consejos están basados en lo que sabemos que realmente tiene efecto sobre el sistema inmunitario

Practicar deporte moderado

La actividad física incrementa el número y la actividad de las células defensivas. También posee un efecto antiinflamatorio. Son eficaces tanto la práctica de un deporte, como realizar tareas simples de la vida cotidiana, como subir las escaleras a pie, cuidar el jardín o sacar a pasear al perro.

Además el movimiento favorece la formación de neuronas. Para ello es necesario que la actividad sea diaria y se traduce en una potenciación de las capacidades intelectuales. Las personas que se mueven aprenden mejor y tienen más memoria. Tienen asimismo un menor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, ya que la actividad corporal reduce la inflamación nerviosa.

La practica deportiva también fomenta la liberación de factores del crecimiento, responsables de la formación de músculo, tejido y células nerviosas. Finalmente el ejercicio mejora el humor y aleja los nubarrones de la depresión.

Alimentarse de manera sana

Para conseguir un estilo de vida saludable también se debe cuidar la alimentación y aportarle al cuerpo todos los nutrientes que precisa. Hay alimentos que tienen un efecto especialmente positivo sobre la inmunidad.

Entre ellos están las frutas y verduras (llenas de vitaminas y compuestos antioxidantes), las plantas aromáticas frescas, el jengibre, el ajo, las cebollas y los aceites vegetales omega-3 que tienen efecto antiinflamatorio (en las nueces, el lino, la chía o el cáñamo).  

Apostar por los pensamientos y las palabras positivas

Aquellas personas que continuamente le dan vueltas a pensamientos negativos, se enfadan por todo y con todos, y tienen comportamientos agresivos, se estresan a sí mismos y provocan una cascada de hormonas del estrés e, incluso, provocan expresiones genéticas perjudiciales. Cuando una persona se encuentra mal emocionalmente, los procesos de autorreparación que sirven para mantener la salud se dificultan.  

Cuidar las amistades

Las relaciones armónicas tanto en el entorno familiar como con amigos y compañeros son un auténtico bálsamo para la mente y el cuerpo. El ser humano es social y depende del contacto con otras personas. La comunicación directa y la conversación cara a cara deben prevalecer frente a las modernas formas de comunicación. Antes de de enviar wasaps o sms hay que preferir quedar para tomar un café o incluso hablar por teléfono.

Encontrar compensación

Cuando se sufre de estrés continuado, o de picos frecuentes de estrés, el sistema simpático se activa demasiado. Entonces el cuerpo está en constante alarma y ya no consigue descansar. Las hormonas del estrés corren por los vasos sanguíneos y la inflamación aumenta. Sobre todo en fases de estrés agudo es buena idea activar de forma consciente el parasimpático, que compensa la actividad del simpático. Para ello disponemos de toda una serie de técnicas de relajación como el yoga, la meditación y los ejercicios de atención plena.

Vivir el optimismo

La autosugestión y los pensamientos positivos también ayudan a mantener la salud. Cuando uno imagina que apenas tiene dolor o no tiene ninguno, este pensamiento influye no sólo en la sensación subjetiva de dolor. La interpretación de estímulos dolorosos en el sistema nervioso central puede disminuir gracias a los pensamientos positivos.

La palabra hablada adquiere una importancia muy importante. Los médicos que hablan bien a sus pacientes, demuestran empatía y les dan esperanzas de curación o minimizan sus dolores, pueden gracias a estas sugestiones conseguir un efecto placebo que puede contribuir a la mejoría.

Las personas enfermas pueden visualizar su propia mejoría o curación completa y con ello están realmente contribuyen realmente a que ocurra. Algunas técnicas que ayudan en este sentido son el entrenamiento autógeno, la relajación progresiva de Jacobson y la meditación.