Los edulcorantes favorecen la obesidad y la diabetes (confirmado)

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Consiguen justo lo contrario de lo que pretenden: la gente los consume para evitarse unas calorías y adelgazar (o no engordar), pero la realidad es que los edulcorantes favorecen el incremento de glucosa en la sangre y, con ello, la obesidad y la diabetes.

Los estudios científicos han confirmado el efecto obesógeno de los edulcorantes; ahora la pregunta es: ¿se van a seguir utilizando y consumiendo?

Muchas personas consumen diariamente edulcorantes sin plantearse nada, pero hay diversos estudios que los relacionan con la diabetes, el sobrepeso e incluso con la aparición del Alzheimer.

Tal y como indicó un investigador de la Universidad de Adelaida (Australia) hace poco “los edulcorantes elevan el riesgo de diabetes”. La razón era un estudio a doble ciego hecho con 27 mujeres y hombres jóvenes. Mientras duró el estudio ingirieron diariamente una cápsula con acesulfamo, sucralosa o placebo. Los que tomaron el edulcorante experimentaron día tras día un aumento del azúcar en sangre tras las comidas, los que ingirieron placebo no experimentaron esa subida.

Un resultado aparentemente absurdo, ya que se supone que los edulcorantes ayudan a controlar el azúcar en sangre, no a subirlo. Nuevas investigaciones mostraron que los edulcorantes aumentaban la absorción de glucosa procedente de los alimentos ingeridos (en toda comida hay almidón que proporciona glucosa).

Los refrescos “light” o “Zero” pueden provocar diabetes

Los investigadores concluyen que los edulcorantes dificultan el control del azúcar en sangre, lo que añadido a un consumo habitual de bebidas o refrescos "sin azúcar” pueden provocar una diabetes. Esto confirma una investigación del Instituto Weizmann en Rehovot, Israel. En este caso los investigadores partían del supuesto de que los edulcorantes estaban especialmente indicados para pacientes con diabetes, síndrome metabólico y obesidad. Pero los investigadores comprobaron que los animales que recibieron dosis de sacrina, aspartamo o sucralosa acabaron desarrollando intolerancia a la glucosa, estadio previo a la diabtes.

Surge una pregunta: ¿estos resultados se pueden extrapolar a los humanos?

Los investigadores probaron con siete personas sanas que antes no habían tomado edulcorantes. Tras una semana de ingesta, 4 de los 7 individuos desarrollaron peores valores en el test de intolerancia a la glucosa, los otros tres no mostraron reacción.

En la siguiente etapa del estudio, los investigadores analizaron los efectos en 381 personas sin diabetes: también aquí el consumo de edulcorantes provocó peores valores en el test de intolerancia de la glucosa. Los valores hepáticos también empeoraron y las grasa abdominal aumentó de manera significativa. Y cuanto más edulcorante se consumía, peor eran las consecuencias.

Daños en la flora intestinal

Además se objetivó algo más: los consumidores de edulcorantes mostraron una peor composición de la flora intestinal. Esta alteración es frecuentes en las personas obesas. Es sorprendente que mientras los antibióticos están en el ojo del huracán por el peligro que genera su resistencia, la gente consuma alegremente edulcorantes día sí y día también.