El orgasmo simultáneo

El acto sexual debe liberarse de obligaciones, fórmulas e idealizaciones. Si un encuentro no incluye un orgasmo simultáneo no significa ni mucho menos que haya fracasado.

Los sexólogos advierten que la mujer y el hombre tienen ritmos diferentes y que resulta difícil sincronizarlos. Sin embargo, parece que es más frecuente que las parejas con una convivencia más armoniosa y relajada gocen simultáneamente. No es que se lo propongan y que lo consigan, sino que se produce una especie de sincronía inconsciente de los cuerpos. Ambos se dejan llevar por la sensación del momento y cuando en uno surge el orgasmo el otro responde inevitable e inmediatamente.

No obstante lo dicho, existe una técnica, desarrollada por el terapeuta Edward Eichel, que al parecer favorece el orgasmo simultáneo. Se llama Técnica de Alineación Coital (TAC) y consiste en adoptar una postura que ejerce una presión rítmica y constante sobre el monte de Venus femenino durante la penetración.

Parte de la postura del misionero (la mujer abajo y el hombre arriba) pero no es sencilla. Las pelvis deben quedar a la misma altura y él reposa el peso sobre ella, apoyando ligeramente los codos, de manera que aunque se produzca la penetración, parte del tallo del pene siempre roce con la parte superior de la vagina.

La mujer envuelve con sus piernas los muslos de su compañero y coordina sus movimientos con él: cuando ella sube, él se echa hacia atrás mientras el pene desaparece dentro de la vagina, cuando ella baja, el hombre desciende hacia ella también y mientras el pene sale y roza la zona del clítoris.

El ritmo ha de ser relajado y siempre igual, sin acelerarlo ni enlentecerlo. Las primeras veces puede resultar extraño pero con la práctica el orgasmo resulta intenso y sincronizado.

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