Operahuset de Oslo, uno de los edificios más sostenibles

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La Casa de la Ópera de Oslo se ha convertido en un ejemplo de cómo aunar belleza arquitectónica y respeto ambiental.

Vista general de la Casa de la Ópera de Oslo./ERIK BERG

En sus casi tres años de vida, la Casa de la Ópera de Oslo se ha convertido en uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad noruega y también en uno de los edificios culturales más sostenibles del mundo. Diseñada por el estudio de arquitectura Snøhetta, la Casa de la Ópera actúa como nexo de unión entre la tierra y el mar.

La fachada de cristal de la Casa de la Ópera está cubierta con 300 m2 de paneles solares

La construcción, conocida como Operahuset, está inspirada en un témpano que emerge desde el mar y se caracteriza por su superficie revestida de mármol y una enorme fachada de cristal con paneles solares. Cuatro son los materiales que acaparan el protagonismo del edificio: piedra blanca, madera, metal y vidrio. La gran fachada de vidrio sobre el foyer, de quince metros de altura, tiene un papel dominante en las vistas del edificio desde el sur, oeste y norte. La intención fue diseñar una construcción de vidrio con el mínimo de columnas, entramados y refuerzos de acero. Como los vidrios gruesos tienden a adquirir un tono más verdoso, decidieron utilizar vidrio bajo en hierro.

El espacio público exterior es de piedra. En concreto, para estos 18.000 m2 se escogió el mármol italiano La Facciata, que mantiene el brillo y el color incluso con humedad. Además, es un material que cumplía con los términos necesarios de longevidad, estabilidad y densidad. En el edificio se ha utilizado madera de roble blanco americano, gestionada a través de la American Hardwood Export Council (AHEC), la principal asociación de la industria de la madera de frondosas de los Estados Unidos en el mercado internacional.

En el interior del auditorio, se ha empleado madera de roble por ser densa, estable, moldeable y de color agradable. Por su parte, la madera de encina ha sido la elegida para los accesos de los diferentes recintos. Tiene forma de ola y atenúa el ruido que se produce en el hall de entrada como barrera acústica. En la zona exterior se utilizaron paneles de aluminio debido a sus características estéticas, maleables y de longevidad. Al final se diseñaron ocho paneles diferentes que proporcionan un constante efecto cambiante, dependiendo del ángulo, la intensidad y el color de la luz del día sobre ellos.

La fachada de cristal de la Casa de la Ópera es una de las más grandes del mundo revestida en paneles solares. En concreto son 450 m2 de vidrio, de los cuales 300 m2 están cubiertos de paneles solares. La fachada genera 20.618 kilowatios/h de energía al año, lo que corresponde al consumo promedio anual de energía de una familia noruega. El edificio, ganador del Premio Mies Van de Rohe de 2009, está incluido en el proyecto ECO de la UE, que tiene como meta mejorar la administración energética a través de ahorro de electricidad, calefacción y aire condicionado.