Peter Holbrook: "Lo que es bueno para la sociedad ha de ser bueno para la economía"

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Peter Holbrook, director ejecutivo de Social Enterprise UK, será una de las estrellas del Foro NESI de Málaga.

La economía social es un valor en alza. En Europa hay ya más de dos millones de empresas y entidades con el marchamo “social” que dan empleo a 14,5 millones de trabajadores. En España son ya más de 43.000 empresas (agrupadas en la CEPES) y surgidas sobre todo como respuesta a la crisis en los últimos ocho años. Aunque la gran referencia europea está en el Reino Unido, con Social Enterprise UK, representando los intereses de 70.000 emprendores sociales.

Peter Holbrook es el alma y motor de Social Enterprise UK. Curtido con la doble experiencia en el campo empresarial (Body Shop y Mars & Spencer) y en el terreno de las ONG (Oxfam, Greenpeace), Holbrook dio el salto como emprendedor con Sunlight Development Trust, y de ahí al timón entusiasta de una de las organizaciones punteras de la otra economía posible. En abril será uno de los conferenciantes estrella del Foro NESI, que convertirá Málaga en encrucijada de la innovación social y económica.

En tiempos de incertidumbre y de involución política como los que vivimos ¿corresponde a las empresas marcar el camino?
Lo que estamos viviendo es efectivamente una crisis múltiple. Tenemos la ilusión de haber dejado atrás la crisis económica, pero lo cierto es que la crisis política, social y ambiental en la que vivimos es un efecto de todo lo que ha pasado antes. La desigualdad económica, el desempleo, la precariedad laboral, el cambio climático… Los grandes problemas a los que nos enfrentamos no se pueden resolver con el “business as usual” (“lo de siempre"). Es el momento de repensarlo todo a nivel global. Está claro que es el sistema con el que hemos funcionado en las últimas décadas –llamémosle capitalismo neoliberal- ha propiciado una tremenda desigualdad en el reparto de la riqueza. Lo que necesitamos son nuevos modelos de empresas que funcionen con otros valores y que tengan un impacto positivo en la sociedad… En suma, lo que hace falta es un profundo cambio en la relación entre las empresas y la sociedad. Un cambio que ponga por delante a las personas.

Los Gobiernos han de propiciar políticas fiscales que penalicen comportamientos antisociales y viceversa. No podemos seguir funcionando el siglo XXI con el sistema fiscal del siglo XX

Pero sin descuidar el lado empresarial…
Efectivamente. Tener beneficios no solo es bueno, sino que es necesario para sobrevivir como empresas. “Beneficio” no tiene porque seguir siendo una palabra sucia. El problema es que los beneficios deben estar bien distribuidos, y no acabar exclusivamente en las manos de un puñado de accionistas. Las empresas sociales reinvierten la mayoría de los beneficios. Otro de nuestros pilares es la transparencia: las cuentas claras y sin ocultamientos. Y por supuesto la propiedad. ¿Quién es el dueño? Esa debería ser siempre la gran pregunta. La propiedad de la empresas sigue estando lamentablemente muy concentrada, y así es muy difícil salir del círculo vicioso. Otro elemento fundamental es también la misión social o ambiental.

“Lo que es bueno para el medio ambiente es malo para la economía”… Esa es la máxima con la que hemos funcionado hasta ahora.
Ha llegado finalmente el momento de romper esa ecuación. Lo que es bueno para la economía tiene que ser bueno para la sociedad y para el medio ambiente. Tiene que haber un giro fundamental hacia ese principio y los Gobiernos, locales y nacionales, han de dar un gran paso en esa dirección, con políticas fiscales que penalicen comportamientos antisociales y reconozcan a las empresas contribuyen realmente a una mejor sociedad. No podemos seguir funcionando el siglo XXI con el sistema fiscal del siglo XX.

Las empresas sociales reinvierten la mayoría de los beneficios. Otro de nuestros pilares es la transparencia: las cuentas claras y sin ocultamientos. Y la misión social o ambiental

¿En qué se diferencia una empresa social de una cooperativa?
Digamos que somos parte de la misma familia: las cooperativas, las mutuas, las organizaciones benéficas o sin ánimo de lucro... Y el espíritu es el fondo el mismo: las empresas sociales son al fin y al cabo comunidades autorganizadas, que aspiran a retomar el control en diversos sectores de la economía. Hasta ahora hemos sido más visibles en sectores como la salud, la asistencia social o la educación, pero estamos entrando en mercados disruptivos como la energía, las telecomunicaciones y las finanzas… España ha sido siempre un referente en el campo de las cooperativas, y en la última década ha habido una renacer de este tipo de iniciativas. En el Reino Unido tenemos referentes muy populares como Café Direct (que comercializa café de comercio justo), la cadena de restaurantes Fifteen (impulsada por el chef Jamie Oliver) o Big Issue (la revista que da trabajo a los “homeless”).

Su propósito es convertir la “empresa social” en algo tan reconocible como el “comercio justo”. ¿No queda aún un largo camino?
Estamos aún a medio camino, es cierto. Pero la crisis financiera nos ha puesto definitivamente en el mapa. Ha sido curioso observar, tanto aquí como en España, el “boom” de empresas sociales que se ha producido en la última década. Las empresas han salido no solo al encuentro de las necesidades sociales o ambientales, sino que se han convertido en motor de empleo.

No podemos seguir hablando de sector privado frente a sector público, como si hubiera una barrera insalvable. En el futuro la economía será necesariamente “mixta”.

¿Y no corremos el riesgo de que las empresas sociales suplanten eso que aún llamamos estado del binestar?
No se trata de suplantar, sino en todo caso de trabajar con el Gobierno. El Estado, al fin y al cabo, funciona con nuestro propio dinero y contribuye a una parte muy importante del PIB. Nosotros deberíamos tener más poder para decidir cómo nos gastamos ese dinero, a nivel local o a nivel nacional. Hay que cambiar simultáneamente el sistema operativo de las instituciones y de las empresas y buscar puntos de encuentro, maneras de construir alianzas por el beneficio de la sociedad. No podemos seguir hablando de sector privado frente a sector público, como si hubiera una barrera insalvable. En el futuro la economía será necesariamente “mixta”.

¿El futuro ya está aquí? ¿Hasta qué punto el Foro NESI refleja el salto cualitivo de las “otras” economías?
No es casualidad que sea en Málaga donde se produce este encuentro. España se ha convertido en una gran referencia europea en innovación social. Lo que queremos demostrar en el Foro NESI es además que esa nueva economía ya esá ahí, con distintos nombres, pero avanzando por la misma senda. No vamos a lanzarnos a la busca del unicornio que tal vez no existe. Pero vamos a indagar en los grandes problemas e intentar vislumbrar soluciones con las que todos salgamos ganando.