Por una dieta vegana saludable

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La dieta vegana, que prescinde de productos de origen animal, incluidos, los lácteos, el huevo y la miel, plantea los mismos retos que cualquier otra. Hay que saber elegir alimentos variados y de calidad. 

¿Es saludable la dieta vegana? Es una pregunta muy recurrente entre quienes se plantean dejar de consumir productos de origen animal, incluidos, los lácteos, el huevo y la miel. La respuesta es que depende de lo que se elija para comer, como ocurre con cualquier otra dieta. Alguien que viva exclusivamente de pasta y patatas fritas, por ejemplo, estaría técnicamente siguiendo una dieta vegana, pero de ninguna manera sería saludable.

Beneficios potenciales Las investigaciones muestran que hay beneficios potenciales para una dieta vegana. Un estudio reciente indica que la dieta promedio vegana es más alta en vitamina C y fibra y más baja en grasas saturadas que una que incluya carne.

Además, las estadísticas muestran que los veganos y vegetarianos tienen un menor índice de masa corporal que los consumidores de carne, es decir, son más delgados.

Una dieta sin carne o productos lácteos contiene mucha menos grasa saturada, que se relaciona con el aumento de los niveles de colesterol y un mayor riesgo de enfermedades del corazón y de cáncer.

También sabemos que la grasa contiene más calorías por gramo que otros alimentos, por lo que los veganos consumen normalmente menos calorías en general.

Por último, una dieta vegana incluye más cereales, frutas, verduras, frutos secos y semillas que una dieta no vegetariana, lo que es una excelente base para la salud.

Lo que deben tener en cuenta los veganos son una serie de micronutrientes para que la dieta vegana no sea nutricionalmente pobre. Las personas veganas tienen que tener más atención con el calcio, la vitamina D, el hierro, la vitamina B12, el zinc y los ácidos grasos omega-3.

Por lo tanto, si sigues una dieta vegana es esencial que obtengas suficiente de estos nutrientes a través de fuentes específicas de alimentos veganos, o incluso tomando suplementos si es necesario. Por ejemplo, deben abundar platos como el hummus tradicional, que contiene tahini, una buena fuente de calcio, zinc y hierro, que son todos los micronutrientes difíciles de obtener una bodega de una dieta vegana. O desayunos con leche o cremas vegetales en las que incluyamos semillas de lino, de calabaza, de sésamo o de cáñamo, todas altas en proteínas vegetales y en ácidos grasos omega-3.

Sin carencias Así que ser vegano no significa necesariamente tener carencias, lo importante es preocuparse por la comida y educarse sobre los tipos de alimentos que se deben o no deben comer.

Por ejemplo, los postres veganos pueden ser mucho más saludables que los convencionales a base de mantequilla o con grasas animales, ya que los profesioaneles tienen que encontrar maneras imaginativas de sustituir la mantequilla y la nata.

Un postre vegano puede ser incluso más delicioso, como una mousse de chocolate que se realice con aguacates maduros, mezclados con cacao en polvo y jarabe de arce. Todavía es un poco inusual, pero usando el aguacate en lugar de la mantequilla y la nata se consigue cambiar las grasas saturadas por otra más saludable.

Y como el veganismo ha ganado popularidad, también es más fácil encontrar más gamas de productos veganos muy deliciosos, tanto que nos harán olvidar las natillas, flanes y demás postres lácteos comunes.

Eso sí, si decides seguir una dieta vegana, aplica los mismos principios que a cualquier dieta sana y equilibrada: comer un montón de diferentes frutas y verduras, granos enteros, nueces, semillas, legumbres y limitar el azúcar blanco y los alimentos grasos.