Reír se parece a meditar

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Ambas situación provocan un aumento de las ondas de tipo gamma que integran todo el funcionamiento cerebral. 

Reproducción de Pu-tai, monje legendario conocido como Buda de la Risa

Una persona que medita y otra que ríe parecen estar en estados muy diferentes. Sin embargo, sus cerebros dicen que tienen mucho en común, pues ambos se ponen a emitir ondas gamma.

Este tipo de ondas aparece durante el sueño profundo, durante el estado meditativo y ahora se sabe que también al soltar una carcajada.

Lee Bark, de la Universidad de Loma Linda (Estados Unidos), monitorizó los cerebros de 31 personas mientras veían videoclips de humor, espirituales o perturbadores. Sólo los humoristos consiguieron despertar las ondas gamma que se caracterizan por involucrar a todo el cerebro.

Según Berk, favorecen la capacidad de pensar más claramente y tener pensamientos más integradores. Estas conclusiones son coherentes con otro estudio de Lee Bark, que muestra cómo la risa ayuda a que los ancianos conserven la memoria al reducir  el cortisol –la hormona del estrés– y aumentar las endorfinas y el neurotransmisor dopamina.

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