Si hacemos una encuesta entre hombres sobre sus preocupaciones estéticas probablemente entre las primeras va a estar el pelo. O bien la ausencia de él. Cuando el pelo se desgasta pensamos de manera inmediata en la calvicie, un signo de que nos hacemos mayores que no es como el dolor de rodillas: este lo ven el resto. Por otro lado, a quienes lucen una buena mata de pelo les preocupa de qué forma cuidarlo. ¿Es bueno lavarlo diariamente? ¿Debo utilizar mascarilla hidratante? ¿En qué momento debería recurrir a un champú a la cerveza? Para lucir un pelo lustroso y eludir inconvenientes resulta conveniente conocer ciertas claves.

El pelo del hombre es diferente al de la mujer

Se debe a una cuestión genética. “La producción y distribución del pelo se encuentra regulada por hormonas como los andrógenos, entre aquéllos que están la testosterona y la dihidrotestosterona”, apunta el doctor Eduardo López Bran, dermatólogo, directivo general de la clínica IMEMA y miembro de la Academia De España de Dermatología y Venereología (AEDV). “Dado que los niveles de testosterona son diferentes en hombres y mujeres, la forma en que medra y se distribuye el pelo asimismo es distinta”. Eso explica que los hombres tengan pelo prácticamente por todo el cuerpo y las mujeres, desde hace unos años, solo en la cabeza.

Más graso y menos resistente

“El cuero cabelludo del hombre es más graso que el de la mujer, sobre todo en temporadas como la pubescencia, cuando, al acrecentar las hormonas sexuales, las glándulas sebáceas generan más grasa”, explica el doctor López Bran. Otra de sus desventajas es “la falta de elasticidad y resistencia que tiene”, apunta Alba Pujolàs, de I Center Concept Hair Lounge Centro Aveda (la capital de España). Mas entonces están las particularidades individuales: no todos y cada uno de los pelos masculinos son una birria. “Lo que va a marcar las diferencias de cada uno de ellos va a ser la predisposición genética y hormonal de cada individuo”, apunta Raquel González, de la firma ReGenesis. ¿Tiene algo bueno? “El grosor del pelo del hombre es una de sus primordiales virtudes”, afirma Félix Fernández Barroso, estilista de Hair Krone (la villa de Madrid).

En general, los hombres no abusan de tintes, extensiones, planchas y todas y cada una esas cosas que llenan de instrumentos extraños el baño de ellas. Y mejor que el hombre prosiga lejos de ellos bastante tiempo. “Ellos no acostumbran a usar coloraciones, tratamientos químicos, secadores o bien planchas, por esta razón el pelo se sostiene más sano”, afirma Ánima Luzón, estilista pilífero y directiva del salón madrileño Black & White. Una aseveración que ahonda Cristina de Hoyos, dermatóloga de las Clínicas Ceta, asimismo de la capital: “Las mujeres herimos más intensamente a nuestro pelo con tintes, mechas, permanentes… y esto causa que nuestro pelo se vuelva más débil y quebradizo”. Afortunadamente, la moda de los hombres de pintarse el pelo de azul no prosperó alén del pasado verano.

Lavados: 2 mejor que uno

Lo mejor para la caida del pelo es lo siguiente: “El hombre no habitúa a cuidar su cabello: por norma general lo lava con unas gotas de champú genérico y lo peina sin más ni más, consiguiendo como resultado un pelo seco, opaco y sin vida”, comprueba Claudia Di Paolo, directiva del centro de estética que lleva su nombre. ¿No es suficiente? Conforme Anthony Llobet, embajador de TRESemmé, no: “Cuando te laves el pelo no lo hagas una sola vez”, recomienda. “Haz una segunda ronda: enjuágalo y vuelve a cubrir tu pelo de champú, efectúa un suave masaje para activar la circulación y vuelve a enjuagar tu cabello”. Se hace de esta manera pues no necesariamente con un solo lavado se retira toda la suciedad.

Un día sí y otro no

En lo que se refiere a la continuidad del lavado brotan dudas: ¿todos y cada uno de los días?, ¿3 veces por semana? “Lávalo en días alternos”, responde Anthony Llobet. “Si lo lavas todos y cada uno de los días, el cuero cabelludo entra un círculo vicioso y la piel segrega más sebo, dando como consecuencia un pelo graso, de aspecto sucio". Eso para longitudes estándar; aquellos que alardean de una larga melena deben extremar sus cuidados. “Los hombres que llevan el pelo cortito no precisan más que un buen champú, al paso que los que tienen el pelo largo deben tratarlo con acondicionadores y mascarillas, igual que el pelo de una mujer”, agrega Llobet. Y sí, podemos emplear exactamente las mismas mascarillas que , conforme David Lesur, estilista y dueño del salón David Künzle: “El pelo es como la piel, cada uno de ellos tiene necesidades concretas conque hay que fíjarse siempre y en todo momento para qué exactamente género de pelo está indicada la mascarilla: seco, graso...”.

Secador, ¿sí o bien no?

Bien. Ya nos hemos lavado adecuadamente el pelo; ahora toca secarlo. Mas, ¿podemos emplear el secador con la seguridad de que no dañaremos nuestro pelo? Susana Martín Espinazo, estilista de Sevenhair, asegura que sí, teniendo presente estos consejos: “Se puede recurrir a él, tanto si tienes el pelo largo tal y como si es corto. ¿De qué forma? Secando de arriba abajo y sin aproximarlo demasiado para no dañar el pelo. No se debe emplear en su temperatura máxima y es conveniente acabar el secado con aire frío para sellar las cutículas [capa exterior sobre la epidermis]”.

¿Qué champú adquiero?

En ocasiones este punto nos desconcierta. Llegamos al súper o bien perfumería, nos ponemos delante de la estantería de productos pilíferos, la miramos de arriba abajo, de izquierda a derecha… y brota la próxima pregunta: ¿Cuál cojo? Óscar Gimena, especialista en pelo de iGrow nos orienta: “Un champú preferentemente natural y tonificante para producir nuevos cabellos; regulador para un pelo graso; o bien hidratante para pieles con descamación o bien caspa; para pelos finos o bien apagados, imprescindible emplear un champú a la cerveza, que da brillo; y si pierdes pelo o bien superas los treinta, un anticaída, puesto que la prevención es la acción y la filosofía idónea para sostener pelo de forma indefinida”.

¿Y si se me cae el pelo?

“Un cincuenta por ciento  de los varones comienza a perder el pelo desde los treinta años, y, cuando llegan a los sesenta, son ya calvos”, sentencia el doctor López Bran. Si creemos estar entre los afectados, se impone la prevención. Andrea Villalobos, de Corta Cabeza, apunta que la primera cosa que hay que hacer es identificar el género de alopecia: “El agobio y ciertos tratamientos médicos pueden provocar la caída del pelo y, en estos casos, el pelo se recobra. Si al contrario la  pérdida del cabello es androgenética, el cuidado es diferente. Los productos deberán ser para fortificar el pelo y va a haber que efectuar una serie de masajes con tónicos pilíferos para alentar la irrigación sanguínea”. Gema Olavarrieta, técnico especialista en láser de baja intensidad de iGrow, aconseja “utilizar regeneradores pilíferos. Al comienzo puede parecer costoso [entre treinta y cien euros], mas con el tiempo se agradece”.

Una ayuda extra

Hay productos que, aparte de cuidar el pelo, lo robustecen. Ánima Luzón, del salón Black & White, aconseja “proteínas que llegan a la matriz para progresar la función del folículo piloso, con alto contenido en vitaminas B, D y Pantenol. Asimismo se puede recurrir a las células madre de Argán para regenerar el pelo, quitar la seborrea, dermatitis, pitiriasis, alergias…”. El especialista David Lesur apuesta por la aplicación de “ampollas de Aminexil [un químico que remoza los folículos pilosos], con un suave mas firme masaje para activar la circulación y una mejor penetración del producto”. Mas hay métodos que asisten de forma más natural y fácil. “Influyen la nutrición y el estrés”, afirma Felix Fernández Barroso, de Hair Krone. “Es esencial continuar una dieta equilibrada y llevar una vida sana”. En caso contrario, nos marchitaremos ya antes de tiempo… y nuestro pelo asimismo.