Guía práctica para ganar autoestima y salud

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La baja autoestima está relacionada con peor salud y menos gratificación vital.

Algunos ejercicios y remedios nos permitirán superar los problemas de autoestima.

Las personas con baja autoestima no sólo sufren más enfermedades sino que tienen más probabilidades de padecer una muerte prematura. Es una afirmación del doctor Michael Marmout, director del departamento de Epidemiología de la Universidad de Londres e investigador del Centro Internacional para la Salud y la Sociedad.

Marmout señala que las personas con baja autoestima no sólo sufren más enfermedades, sino que tienen más probabilidades de padecer una muerte prematura. En consecuencia, para conservar la salud, no sólo hay que tener en cuenta la calidad de la dieta y hacer ejercicio, también hay que cuidar la autoestima. Explicamos algunos ejercicios que nos permitirán superar los problemas de autoestima y, con ello, ganar salud.

Para elevar la autoestima hay que considerar en primer lugar en qué medida se está dando satisfacción a las propias necesidades. Para ejercitarse en el autocuidado, es muy útil tomar una hoja y hacer dos columnas: en la izquierda se escriben las necesidades vitales y se señalan si están satisfechas o no, en la derecha se escribe lo que se está haciendo al respecto y lo que se piensa hacer para las que aún no se ha hecho nada.

Escribe una lista con todas las críticas que, según recuerdas, te hacían tus padres. Luego analiza los mensajes que te proporcionaron acerca de asuntos que guardan relación con la autoestima: ¿qué creían tus padres del dinero?, ¿del cuerpo?, ¿del amor y las relaciones? ¿del sexo? ¿y acerca de tus talentos? Puedes ampliar la lista analizando las creencias del entorno en el que creciste (maestros, amigos, parientes...). Una vez terminada la lista, tacha las ideas que crees que no te benefician y deja las que consideras positivas.

Alimenta tu mente con ideas brillantes y positivas. Desconéctate por completo de los informativos de la radio y de la televisión y, en los diarios, ve directamente a las páginas culturales. No veas películas violentas. Leer un buen libro, escuchar buena música o conversar son cosas que te pondrán en contacto con el lado bueno de la vida. Tómatelo como una cura, al menos temporal, de positivismo.

Como los problemas de autoestima tienen a menudo su origen en la infancia, significa que el niño que fuiste se quedó estancado ante ciertos conflictos íntimos. En una sesión de relajación, imagina aquel niño y compórtate con él como un padre amoroso. Abrázalo, dile que todo está bien, que no debe temer a nada porque estás para protegerlo y cuidarlo. Dale consuelo hasta que vuelva a sentirse seguro.

Remedios homeopáticos y flores de Bach

El homeópata Edward Bach creó, a principios del siglo pasado, un botiquín de 38 elixires florales que sirvieran para tratar los desequilibrios emocionales. Éstos, no sólo provocan malestar por sí mismos, sino que están detrás de muchos problemas de salud con síntomas físicos. La intención de Bach era que cualquiera pudiera elegir el remedio que más le conviniera, ateniéndose a unos principios muy sencillos.

 El alerce es la flor de Bach recomendada para quienes no se consideran tan aptos o tan capacitados como quienes le rodean. Esperan el fracaso, sienten que nunca harán nada bien y por eso no se arriesgan ni se esfuerzan por tener éxito. Generalmente se toman cuatro gotas, diluidas en agua, en zumo de frutas o directamente bajo la lengua, cuatro veces al día. 

Existe un remedio que, en muchos casos, resulta el más adecuado para las personas que muestran una baja autoestima. Se trata de Anacardium orientale, indicado para las personas indecisas, que tienen la impresión de tener una doble personalidad y que se ofenden fácilmente. Es un remedio adecuado cuando la persona se siente sobrepasada por el trabajo o cuando tiene que enfrentarse a algún reto.

Arteterapia para crear autoestima

Crear es curarse. La pintura, la escultura, el teatro, la música, la literatura son actividades que sirven para expresar la vida interior, a menudo desconocida por el consciente. Muchas personas con la autoestima baja tienen curiosamente un enorme potencial creativo: ellos mismos se sorprenden de sus obras, que les sirven para conocerse mejor y valorarse. Además, como actividades que exigen una concentración constante y un trabajo manual ayudan a reducir el nivel de estrés.

Ahora bien, hay que tomar una precaución: como las personas con deficiencia de autoestima suelen ser perfeccionistas, deben poner esta cualidad al servicio de su bienestar: no están permitidas las autocríticas, sólo vale pensar en hacerlo bien para obtener una satisfacción personal. Por otra parte, los aspectos técnicos o formales deben ser considerados secundarios. Lo importante es la actividad en sí misma como vehículo de expresión. Unos primeros resultados objetivamente antiestéticos sólo deben servir para ejercitar otra sana cualidad: el sentido del humor.

Mejorando la autoconfianza a través del cuerpo

Ejercicio físico. Uno de los síntomas de la carencia de autoestima es también una falta de vitalidad física. Los movimientos no son amplios, naturales ni enérgicos. La práctica regular de cualquier ejercicio físico, especialmente del aeróbico, que exige un esfuerzo al corazón y los pulmones, tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo: estabiliza las emociones, aumenta la autoconfianza y la extroversión, mejora la "percepción de sí mismo", libera tensiones y alivia la inquietud. Andar a paso ligero, correr, ir en bicicleta, nada y los juegos colectivos con pelota son todas ellas actividades aeróbicas recomendables.

Los mecanismos por los cuales el ejercicio físico podría resultar positivo son varios: desde el efecto de una mejor conexión con el cuerpo, a la facilidad que ofrece el deporte de conocer gente nueva, pasando por la distracción que evita pensamientos negativos o el incremento de los niveles cerebrales de endorfinas y monoaminas. 

Respiración y meditación. Las disciplinas físicas que incluyen técnicas respiratorias y meditativas, tales como el tai-chi, el chi-kung y el yoga, están igualmente indicadas. Richard J. Davidson, neurólogo y profesor de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha comprobado que las personas que practican regularmente algún tipo de meditación muestran una actividad cerebral mayor en el córtex prefrontal izquierdo en situaciones de estrés. Este patrón se corresponde con personalidades confiadas, emocionalmente equilibradas y optimistas. En cambio, las personas pesimistas, con poca autoestima, exhiben más actividad en el lóbulo cerebral derecho. 

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